A lo largo de nuestra vida, nuestra columna vertebral estĂ¡ sometida a una presiĂ³n extrema...

La columna vertebral estĂ¡ formada por vĂ©rtebras, mĂºsculos y discos que separan las vĂ©rtebras y actĂºan como amortiguadores. Los esfuerzos excesivos, como los movimientos frecuentes y repetitivos, el transporte de cargas, los deportes intensivos o incluso permanecer sentado durante largos periodos de tiempo, pueden provocar el desgaste de nuestra columna y causar la mayorĂ­a de las lumbalgias.

Desde un punto de vista fisiolĂ³gico, el nĂºcleo de los discos intervertebrales estĂ¡ compuesto por un 90% de agua, de ahĂ­ sus propiedades amortiguadoras. Al ser el Ăºnico tejido no vascularizado, el nĂºcleo se desinfla cuando se comprime. SĂ³lo se vuelve a hinchar por disminuciĂ³n de la presiĂ³n (Ă³smosis) cuando estamos tumbados.

Al igual que en los adultos, el dolor de espalda es cada vez mĂ¡s frecuente en niños y adolescentes. Los especialistas estiman que, segĂºn la edad, entre el 20 y el 50% de los niños de entre 10 y 15 años tienen dolor de espalda.

Durante su escolarizaciĂ³n, un alumno pasa aproximadamente
6,5 horas al dĂ­a sentado.

Por desgracia, el mobiliario escolar no es adecuado para todos los niños. La estatura de los niños y adolescentes varĂ­a mucho a cada edad, lo que dificulta proporcionar un mobiliario correcto y adecuado para cada niño en las escuelas. AdemĂ¡s, la superficie de trabajo horizontal obliga al niño a agachar la cabeza para trabajar.

Estar sentado mucho tiempo en el colegio
daña la espalda de nuestros hijos... desde los 6 años.

Las consecuencias son mecĂ¡nicas y neurolĂ³gicas.

Consecuencias mecĂ¡nicas

Las exigencias anormales a las que se ve sometida la columna vertebral de niños y adolescentes durante el delicado periodo de su crecimiento influyen en el futuro de su espalda y favorecen la lumbalgia en la edad adulta.

Los mĂºsculos del tronco del niño aĂºn no estĂ¡n lo suficientemente desarrollados y fuertes como para soportar estar sentado durante horas sin gran esfuerzo.

Su atenciĂ³n en clase disminuye porque entonces estĂ¡ mĂ¡s dirigida a ese intenso esfuerzo muscular que se le impone, generando distracciĂ³n.

Un asiento bien ajustado ayudarĂ¡ reduciendo la tensiĂ³n muscular y el esfuerzo mental necesarios para permanecer sentado durante largos periodos. El niño estarĂ¡ menos inquieto en la silla.

Al moverse, los niños a menudo sĂ³lo intentan compensar la tensiĂ³n muscular.

Consecuencias neurolĂ³gicas

En el aula, hay dos tipos de comportamiento en respuesta a las limitaciones de estar sentado durante largos periodos de tiempo: el niño "tranquilo" que no se mueve y acaba por acomodarse en el asiento; y el niño "inquieto" que no para de moverse, se distrae y se desconcentra.

Entre los 6 y los 12 años, el niño estĂ¡ en pleno desarrollo motor. TodavĂ­a tienen que perfeccionar su esquema corporal.

Su cerebro utiliza mecanismos de integraciĂ³n tĂ¡ctil, propioceptiva, vestibular y visual que dan lugar a una respuesta muscular o a la relajaciĂ³n.

¿Por quĂ© dar un cojĂ­n a tus hijos?

El cojĂ­n NOA contribuye a mantener las tres curvas naturales de la columna vertebral en posiciĂ³n sentada (vĂ©ase la foto de la derecha) y a dinamizar la posiciĂ³n sentada.

Al sentarse, la pelvis tiende a inclinarse hacia atrĂ¡s (vĂ©ase la foto de la izquierda). El cojĂ­n facilita el movimiento de la pelvis hacia delante (vĂ©ase la foto de la derecha).

Esta postura correcta y natural es esencial para mantener la atenciĂ³n, el estado de alerta y la capacidad de escucha, asĂ­ como para fomentar la perseverancia en la tarea.

En efecto, reposicionar la cabeza por encima de los hombros favorece una buena vascularizaciĂ³n del cerebro, beneficiosa para una buena concentraciĂ³n y un mejor aprendizaje.

AdemĂ¡s, sentar al niño en un cojĂ­n de asiento dinĂ¡mico provocarĂ¡ movimientos imperceptibles de los mĂºsculos de la pelvis y la espalda, lo que le ayudarĂ¡ a crecer al fortalecer los mĂºsculos erectores de la columna vertebral y evitarĂ¡ los dolores de espalda provocados por estar sentado mucho tiempo.

Piense en evitar que sus hijos pasen demasiado tiempo sentados
sentĂ¡ndolos en un cojĂ­n NOA, tanto en el colegio como en casa.